martes, 18 de octubre de 2016

Y a esto se le llama "desahogarse".



Oh, querida, quieres que caigamos en tu trampa,
que caigamos en tus redes mientras nos retorcemos con pavor y sin esperanza.
Utilizando tus baratas redes, tus razones sin causa.
Amargas la vida, de cualquiera por la que pasa.
Cuentas los segundos que queda para su final
y a otra cosa, que se te escapa alguno más.


Patas rancias que tienes, buscando una presa estás.
No te achantas ante nadie, gracias a las compañías que te das.
Puedes ser muy bruja, propia de cierta festividad,
pero no te preocupes, en ella eres la buena, el resto del año, en absoluto, sin dudar.
Sin órganos apenas, solo para poderte alimentar,
vagas por el mundo sin inmutarte, viendo el arcoíris sin cesar.


Emanas pavor, emanas la peste, arruinando la vida de cualquiera que se preste.
Asco das, por cada rincón que pasas; no te preocupes, odio menos las pasas.
Refulges del mismo infierno, purgatorio y demás lugares,
¿Qué más dará?, del demonio eres familiar.


Bicho peludo, con ojos y boca, de la que salen nada más que palabrotas.
Presumiendo de tus fallos, de tus guarradas y desmayos,
actuando sin cesar y calculando sin parar.
Mirando cada pelusa, cada rincón sin guardar,
almacenando todo como una vieja demente perspicaz.


Madura que es tarde, deja de fingir,
no eres una niña y piensa sin mentir.
Un principio y un final, todo acaba, aunque la muerte vaya a ganar,
a ti lo único que te importa es si mañana lloverá.



1, 2, 3, ¡dios mío! ¡Se multiplican sin parar! 


No hay comentarios:

Publicar un comentario