lunes, 12 de septiembre de 2016

El copo de nieve más cálido.


Nunca esperé que entrases en mi vida, entraste de repente, sin previo aviso. Te empecé a querer al primer instante, más bien, te hiciste querer.

Me parece increíble que acabaras conmigo, persona que se dedica a echar sin querer a todo el mundo de su vida. Es impresionante cómo cuando estaba feliz tú me hacías más feliz aún, cómo cuando estaba triste tú me mimabas hasta que sonriera de corazón.

Aunque no hablásemos el mismo idioma, nuestros corazones se entendían. Tus enanas travesuras eran geniales y me hacías sonreír.

Es una grandísima pena que ya no estés a mi lado saltando o haciendo el vago. Aunque no estés físicamente, en mi corazón y mente siempre estarás.

No puedo evitar llorar cuando pienso en ti porque te echo de menos, pero también sonrío por lo felices que nos hicimos.

En cuanto sentiste que tal vez podría llegar a recibir ayuda, tú te tuviste que ir.
Gracias por haberme ayudado tanto, ahora soy muy feliz. Te echo de menos, pero no tuviste más remedio que irte.





Te quiero mi bebé peludo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario