Aquí estamos una vez más, y ambos
sabemos lo que va a pasar. Te intentaré hacer entrar en razón y tú te empeñarás
en que estoy equivocado, que no existo, que solo soy producto de tu
imaginación.
Ambos sabemos que eso es cierto y que
aun así soy tan real como todo lo que ves a tu alrededor, esas plantas de ahí,
o lo que ves más allá de los barrotes de aquella ventana no es más real de lo
que soy yo.
¿Cuánto llevamos así?
No importa, porque el que niegues que
existo o me ignores no va a cambiar el hecho de que esté aquí, contigo. La
última vez el doctor sabía que seguía aquí, pero tú le intentaste mentir. Lo
saben y no serás capaz de engañarles nunca.
Deberías intentar escucharme, al menos
una vez.
Mira, estoy harto, cansado de intentar
hacer que me escuches, que razones conmigo. Llevo mucho tiempo intentando hacer
que salgamos de aquí, pero si no colaboras todo lo que intente no valdrá para
nada. Admito que la primera vez que nos vimos no me comporté como debería, y lo
siento. De verdad que lo siento. Pero he cambiado, ya no quiero controlarte. Me
arrepiento de aquellas cosas que hice. No fueron buenas para ninguno de los
dos, pero ahora veo con claridad lo que debo hacer. Ahora veo que a pesar de
estar atrapado dentro de ti, somos iguales y como tal debo tratarte.
Lo que hice lo hice por motivos que ni
yo mismo alcanzo a entender. Y por mucho que me guste decir que acababa de
llegar a este mundo y que quería experimentar con todo, eso no me disculpa de
las cosas que te obligué a hacer. O todo aquello que te dije, pero espero que
algún día llegues a perdonarme.
¿Sabes?
Yo también echo de menos estar fuera,
hacer lo que queramos, cuando queramos. Ir a dónde nos lleven los pies sin
ningún tipo de atadura. La libertad. Cada noche, mientras duermes, yo sueño con
el día en el que salgamos de aquí, El día en el que volvamos a casa. Pero
entonces despiertas y arruinas todos esos sueños manteniendo esa estúpida
actitud tuya.
En primer lugar nunca deberíamos haber
entrado aquí. Pero ellos decidieron que no podíamos seguir sueltos, que nos
tenían que encerrar como a un animal salvaje, como si fuéramos menos humanos.
Esta sociedad me enferma, trata de definir lo que es correcto, lo que está bien
y lo que está mal, aun cuando ella misma está podrida hasta la médula. Estoy
harto de tener que soportar los juicios de personas que no saben cómo somos de
verdad. En cuanto ven algo que es diferente lo califican como enfermo, le ponen
un nombre y lo encierran en un cuarto oscuro, esperando que todo siga igual.
Pero ellos no saben que ya nada va a ser
igual. Esas malditas pastillas que te hacen tomar cada vez me hacen menos
efecto. El día que me sienta completamente bien saldremos de aquí. Juntos le
demostraremos al mundo que se equivoca, que nada seguirá igual después de lo
que nos han hecho. Juntos saldremos de aquí, seremos libres de nuevo y podremos
cobrar venganza.
Solo tienes que creer en mí, confía en mi palabra y nada podrá detenernos
nunca.
Solo cree.....cree.
De nuevo participa en este blog Germán Matilla. Esperamos que os guste.